EL BOOM PETROLERO
Luego de que Velasco Ibarra y su vicepresidente fueran depuestos en 1963, vino toda una época caracterizada por una fuerte presencia militar en el mando del Ecuador. Sin embargo no podemos hablar de una «dictadura militar» como la que existió en varios países de Latinoamérica en aquel entonces. A pesar de que el mando militar buscaba una modernización total del país, el poder oligárquico ligado a la agricultura y el comercio exterior seguían teniendo una gran influencia y en varias ocasiones no permitieron que se realicen cambios que los afectaban. En esta época se instauraron varias de las pautas del programa Alianza para el Progreso, donde se instauró la concepción norteamericana de «desarrollo», es así como EE.UU. brindó ayuda económica y social a Latinoamérica para su modernización y como forma de contrarrestar la influencia de la Revolución Cubana y las tendencias socialistas de aquel entonces. Entre estas reformas estuvo la Reforma Agraria, con la que se buscó dejar atrás el antiguo modelo de Hacienda, en especial en la Sierra. Sin embargo, al indígena se lo endeuda vendiéndole tierra en gran parte improductiva, de zonas altas donde sólo existía páramo y pajonales. Hasta la actualidad varios autores critican esta reforma debido a su reparto injusto, donde se favoreció a sectores poderosos y nunca al indígena pobre. Otro aspecto importante de esta época fue la dura la represión que se tuvo sobre la lucha social. En este aspecto se comparten características con el resto de dictaduras militares en toda la Latinoamérica de aquel entonces. Se recuerda la matanza de trabajadores y obreros del ingenio AZTRA en 1977, la persecución, tortura, asesinato y desaparición de muchos activistas y militantes políticos de aquel entonces, incluso se persiguió a músicos y artistas. Aunque entre 1963 y 1979 no hubo un régimen único, la milicia fue una constante. Ejemplo es el quinto y último periodo de Velasco Ibarra, quién fue elegido en 1968 y se declaró dictador en 1970 para caer luego en 1972 bajo la mano de los mismos militares que sostuvieron su último mando. Recordamos que para 1964 empezó operaciones el consorcio Texaco-Gulf en la Amazonía, a quien el Estado ecuatoriano otorgó alrededor de medio millón de hectáreas para la exploración y explotación de petróleo. Las operaciones
empezaron con un fuerte resguardo militar lo cual causó muchos enfrentamientos entre la milicia y los pueblos nativos quienes defendían su territorio. Toda esta época se vio marcada por el exterminio de varios pueblos amazónicos, de su cultura y el comienzo de la explotación indiscriminada de petróleo, además del irreparable daño ecológico causado. Para 1972 comenzó el auge petrolero en zonas amazónicas y el golfo de Guayaquil. Aunque la explotación comenzó desde años antes, la subida del precio del petróleo dio un altísimo ingreso al país en magnitudes que no se habían registrado antes. Esto conllevó un acelerado proceso de modernización y crecimiento de las urbes, sin embargo no significó el mejoramiento del nivel de vida. El fuerte ingreso fue muy mal administrado, hasta ahora se presume que existió enriquecimiento ilícito, además que la deuda externa del Ecuador sufrió un gran aumento durante toda esa época. Para finales de los 70‘s el régimen militar empezó a organizar la vuelta a la democracia representativa. La Dictadura Militar en Ecuador no tuvo la repercusión y difusión en la sociedad civil que han tenido otras dictaduras. Sin embargo, es importante recordar que ocurrió durante este periodo. A pesar que la dictadura no estuvo siempre sujeta a algún personaje o a una Junta Militar fija, la presencia de este aparato estatal fue constante en toda la época. El Boom Petrolero de los 70's otorgó enormes ingresos al Estado, lo cual generó una acelerada modernización de las urbes, pero en ningún momento mejoraron los niveles de vida de la población.
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